Los bebés al nacer pasan por su primer trauma físico, que es el momento del parto. Ya sea un parto largo, corto, normal, cesáreas o medicalizado con ventonas o forceps, el bebé sufre, principalmente en el cráneo, un trauma importante que poco a poco va resolviendo. En este proceso de recuperación, pueden existir pequeños bloqueos que pueden retrasar o entorpecerlo, provocando algunos síntomas que son bien conocidos por los padres.

Los bebés y niños sufren dolores de todo tipo (de cabeza, viscerales, articulares…), se estresan, se deprimen y, en definitiva, padecen casi las mismas patologías que los adultos. Pero ellos solo saben manifestarlo mediante el lloro y mediante la aparición de sígnos y síntomas que alertan a los padres: no duermen bien, regurgitan, no comen, vomitan, presentan mucosidades…

La osteopatia pediátrica ofrece un amplio abanico de posibilidades terapeuticas para supervisar y tratar a nuestros pequeños.

En enfoque osteopatico del paciente pediátrico se basa en la filosofía y los principios osteopáticos. Se realiza una evaluación estructural, craneal y visceral del niño para analizar la estructura que no está funcionando de forma correcta. Todo ello, con la sensibilidad necesaria a la hora de trabajar con niños.

Existen numerosas patologías en adultos que son secuelas no tratadas en la niñez, como por ejemplo algunas escoliosis, que no son más que el reflejo de alteraciones craneales que son fácilmente tratables cuando somos bebés.

Ejemplos de tratamientos infantiles:

– Escoliosis idiopaticas

– Colicos del lactante, regurgitaciones

– Insomnio

– Tortícolis congénita…