Se trata de un sistema de terapia manual suave y profundo, desarrollado por el osteopata estadounidense Dr. William G. Sutherland a comienzos de siglo.
Durante nuestra vida, todos experimentamos traumas físicos y emocionales que quedan retenidos en nuestros cuerpos en forma de tensión muscular, restricciones de tejidos y patrones del cuerpo entero.
Investigaciones en los últimos 90 años, han establecido que una pulsación rítmica del líquido cefalorraquídeo es vital y fundamental para el equilibrio homeostático del cuerpo.
Este impulso puede ser percibido como un movimiento respiratorio sutil en todas las estructuras que componen el sistema craneosacral (encéfalo, médula espinal, liquido cefalorraquídeo, meninges, huesos craneales, pelvis y sacro), y se transmite también a todos los órganos y tejidos corporales.
La terapia craneosacral es tan suave y segura que es apropiada para personas de todas las edades, desde ancianos hasta niños y bebés, así como durante el embarazo y posparto, después de una operación, un accidente o en condiciones de fragilidad.